La tarima de laminado es un compacto de alta presión de derivados de la madera, recubierto con varias capas de resina de melamina a alta presión, que llevan un dibujo imitando a madero u otros materiales (pizarra, piedra caliza…) resistente al desgaste, impactos, quemaduras de cigarros y exposición a la luz solar.
Viene totalmente terminada de fábrica y lista para su instalación. Además de la hoja técnica, el fabricante facilitará la calidad con un marcado del tipo “AC-4 23”
Dependiendo de su resistencia a la abrasión, los suelos de laminado se clasifican en cinco calidades según la norma EN 13329. Estas categorías son el resultado de un test de abrasión, donde una máquina somete al suelo a una serie de frotados con una rueda de papel de lija, hasta que el dibujo decorativo pierde su apariencia original.
Según el número de vueltas soportadas, los suelos se clasifican en:
- AC-1 (más de 900 vueltas)
- AC-2 (más de 1.800 vueltas)
- AC-3 (más de 2.500 vueltas)
- AC-4 (más de 4.000 vueltas)
- AC-5 (más de 6.500 vueltas)
Para indicar el uso al que estén destinados se utiliza una numeración de dos cifras: la primera indica el destino 2-doméstico o 3-comercial ; la segunda indica el tráfico normal del local: 1-moderado, 2-normal y 3-intenso. Es muy interesante conocer este dato del producto ya que véase la enorme diferencia entre un AC4 que soporte 4000 vueltas y otro que soporte 6490 vueltas.
Hay acabados que imitan la veta de la madera o la junta que queda en la tarima de madera natural con unos buenos resultados estéticos.