Es la forma más antigua y duradera de suelos de madera. Los suelos de madera se instalaban en forma de largas tablas clavadas sobre unos listones o rastreles; luego, se limpiaba e igualaba la madera a mano con la ayuda de unas cuchillas, trabajo al que debemos el término «acuchillar».
Hoy la forma de instalación es la misma : tablas de madera de 17 a 22 mm de grosor , machihembradas en sus cantos e instaladas sobre listones de madera: posteriormente se “acuchilla” con máquinas lijadoras y se da el tratamiento protector bien con barniz o con aceites.
Este proceso de acuchillar y barnizar, se puede repetir varias veces para su restauración, encontrándose, en tarima maciza clavada o tarima clásica, instalaciones con más de 100 años en uso.
Disponemos de tarimas macizas en madera de roble, jatoba, iroko, garapa, pino amarillo, pino Suecia,…